A finales del año pasado, los líderes mundiales se reunieron con el objetivo de alcanzar acuerdos sobre reducciones de CO2 de alcance internacional. Supuso una ocasión única para conseguir resultados. Lo más importante era llegar a un acuerdo que permitiera a todo el mundo empezar a trabajar para afrontar el cambio climático. En realidad, tendremos que adoptar objetivos cada vez más exigentes a medida que pasen los años, así que en esta fase lo primordial no es ponernos a discutir sobre los niveles exactos.
Arrancar con unas metas relativamente sencillas es una buena idea. Tenemos una enorme sociedad internacional que viaja a velocidad de crucero, como si se tratase de una estampida de bisontes a la carrera por las praderas de Norteamérica. Si lo que queremos es lograr que esa manada cambie de dirección y se dé la vuelta, no será encarándonos directamente. La única forma de abordar ese problema será lateralmente, para que comiencen a cambiar de rumbo. Para empezar se consigue que modifiquen ligeramente su dirección y después, empujándoles poco a poco, cada vez más, finalmente podremos obligarles a tomar la dirección opuesta.
En definitiva, eso es lo que necesitamos hacer con las emisiones de CO2 si queremos evitar un cambio climático catastrófico. No solo será necesario reducir a cero nuestras emisiones de CO2, también habrá que aplicar tecnologías de secuestro de carbono naturales a gran escala, dirigidas a reducir los niveles de CO2 existentes, como las prácticas agrícolas mejoradas para que los suelos sirvan como sumidero de carbono, el empleo del biocarbón o la reforestación.
Si se fundiese todo el hielo atrapado en los casquetes polares Ártico y Antártico, así como en Groenlandia, el nivel de los mares subiría 65 metros. Este es un dato poco conocido. Podría tardar más de 100 años en suceder, pero es algo que ya están provocando actualmente las emisiones de CO2 y la ventana de oportunidad para reducirlas a tiempo solamente permanecerá abierta durante los próximos 10 o 20 años. A la vista de esta urgencia, la cumbre COP 2015 podría ser uno de los acontecimientos más importantes de la historia de la humanidad.
Cuantos más esfuerzos sumemos colectivamente para reducir nuestras huellas de carbono personales, mejor será.
Esta década constituye la auténtica oportunidad para abordar el cambio climático, ya que dentro de 20 o 30 años el futuro estará decidido. Lo que hace falta es un cambio de mentalidad. Si todos nos unimos y damos lo mejor de nosotros mismos, tendremos posibilidades de éxito reales.
Por qué menos emisiones personales es más calidad de vida
La buena noticia es que, tras 20 años de experimentos relacionados con la vida sostenible, puedo defender que al ayudar a reducir el cambio climático también se puede incrementar drásticamente la calidad de vida. Por lo tanto, un estilo de vida de bajas emisiones resuelve estos dos problemas a la vez. Esto se debe a que las actividades bajas en carbono son más beneficiosas para la salud y el estado de ánimo, además de hacernos sentir mejor con nosotros mismos: factores que contribuyen a la felicidad mucho más de lo que solemos pensar. ¡Pruébelo! Elija una acción destinada a recortar, aunque sea solo un poquito, su huella de carbono. Verá cómo enseguida obtiene respuesta, se sentirá mejor en cuestión de un solo mes.
Una huella de carbono anual con valores típicos del Reino Unido implica 10 toneladas de CO2 anuales por persona y comprende cinco áreas clave del estilo de vida. Cada uno conlleva unas dos toneladas de emisiones: calefacción doméstica, transporte, producción y distribución de alimentos, vacaciones y compra de productos. Así pues, para adoptar un estilo de vida bajo en emisiones de carbono, aislamos nuestra vivienda, compartimos el transporte, consumimos alimentos ecológicos de producción local, evitamos el avión para las vacaciones y compramos productos de larga duración.
La perspectiva más satisfactoria consiste en medir nuestra huella de carbono y luego fijarnos como meta reducirla un 4 % cada año, un objetivo fácil de cumplir. Se puede medir utilizando la calculadora de carbono que he diseñado, reconocida como la herramienta más precisa y sencilla de utilizar que hay en internet.
A continuación, enumeraré cinco métodos simples y eficaces para reducir su huella de carbono personal:
- Aísle su vivienda por medio de la instalación de aislamiento en los techos, elementos de impermeabilización, acristalamiento doble o secundario e instalación de paneles en suelos y paredes (para lograr más efectividad y reducir costes).
- Comparta los medios de transporte: autobuses, trenes y coches con todas sus plazas ocupadas emiten solamente la cuarta parte de emisiones que provoca un viaje en automóvil en solitario.
- Consuma alimentos ecológicos y de producción cercana. Idealmente, procedentes de explotaciones agrícolas orgánicas y huertos a pequeña escala, dado que los métodos de la agricultura pueden generar todavía más emisiones que el transporte.
- Utilice su dinero como si fuese un voto: destínelo a organizaciones que le gustaría ver formar parte de su mundo ideal. Para mí, en esa categoría entran tiendas y granjas con principios éticos, a pequeña escala, lugares donde a mí personalmente me gustaría trabajar. Gastar el dinero en las tiendas que le gusten le hará sentirse realmente bien, con una actitud positiva, ya que está ayudando a construir el mundo en el que quiere vivir.
- Váyase de vacaciones, pero evite los aviones: debido al fenómeno del forzamiento radiativo, las emisiones que se producen a gran altitud son aproximadamente tres veces más perjudiciales. Además, ¡viajar en barco o tren resulta mucho más divertido!
Probablemente le interese echar un vistazo a los distintos ámbitos del estilo de vida que componen su huella de carbono y empezar por los que le parezcan más fáciles de afrontar personalmente. No se sienta culpable por su huella de carbono: a todos nos han inculcado que una vida plena implica necesariamente enriquecerse y consumir más. Cuanto mayor sea su huella de carbono inicial, más fácil le resultará reducirla. Además, incluso viviendo según un estilo bajo en emisiones de carbono, siempre queda hueco para algún capricho. Disfrutar ocasionalmente de alimentos exóticos o salir en coche al cine alguna vez no suponen grandes diferencias. Son las actividades cotidianas las que suman a lo grande.
Como reza aquella célebre cita de Gandhi “Sea el cambio que quiere ver en el mundo”. Empiece dando un puñado de pasitos y no tardará en notar que se siente mejor. Hágale un regalo al planeta, también será un regalo para usted.
MUKTI MITCHELL
Mukti Mitchell es director de la empresa CosyHome Company, dedicada a realizar reformas e instalar aislamientos para el ahorro de energía en viviendas e inmuebles antiguos. Es autor de la guía ‘The Guide to Low Carbon Lifestyles“ (Guía para los estilos de vida bajos en carbono, de descarga gratuita). Asimismo, también ha diseñado cinco calculadoras de la huella de carbono. Lleva 15 años siguiendo un estilo de vida de baja emisión de carbono. También es popular en Reino Unido por haber circunnavegado el país en un microyate que genera cero emisiones.
Texto publicado originalmente en The Colour of Money (Triodos Bank Reino Unido)
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