Los profesionales y académicos de referencia en el ámbito de la banca y de la economía con valores coinciden en un mismo foro en julio de 2018. Será con motivo de la Escuela de Verano del Institute for Social Banking, entidad con sede en Berlín que organiza la 10ª edición de este programa académico en Barcelona (8-13 julio). Conversamos con la economista Sanika Hufeland, directora de esta organización por el conocimiento y la investigación hacia una banca con sentido social.

¿Cómo definirías qué es un banco?

Soy consciente de que los bancos hacen muchas cosas, pero su papel primordial es tomar fondos de quienes tienen dinero, agruparlos y prestarlos a quienes los necesitan. El papel de un banco está cambiando, pero en general es el de intermediario entre depositantes y prestatarios.

Sanika Hufeland
Sanika Nele Hufeland, directora del Institute for Social Banking

En el Institute for Social Banking aspiramos a un mundo en el que la banca y las finanzas no ejerzan solo un rol de intermediarios, sino que también contribuyan a un desarrollo sostenible de las personas y el entorno. Normalmente los bancos sociales se toman muy en serio este papel y se dedican a financiar determinados sectores que consideran que contribuyen realmente a un desarrollo sostenible o al bien común. Por ejemplo, a agricultura ecológica, proyectos de vivienda social, de educación alternativa, salud, bienestar social o financiación comunitaria.

En la actividad de esta banca subyace una pregunta: ¿qué tipo de impacto tendrá esta inversión en el mundo? El impacto positivo puede alcanzarse de muchas maneras, por ejemplo, a través de una reducción de la pobreza, de una disminución de las emisiones de carbono, aumentando la disponibilidad de vivienda asequible, impulsando sistemas de alimentación sostenibles o proporcionando servicios bancarios en ámbitos desatendidos.

¿Cómo descubriste que existía algo llamado “banca social” o “banca ética?

Durante mis estudios de gestión con foco en la sostenibilidad conocí GLS Bank (entidad de banca con valores alemana, integrada en la GABV), como becaria y empleada. Fue la primera vez que tuve la experiencia de trabajar en una organización sostenible y que gestionaba el dinero de otra manera. En 2009, coincidí con miembros del Institute for Social Banking y me fascinó su enfoque internacional y el movimiento en torno a una banca y unas finanzas responsables. Así contacté a más representantes de este movimiento, al vivir mi primera Escuela de Verano en Banca Social y Finanzas en Dinamarca, dando apoyo al evento.

ESCUELA DE VERANO DEL ISB 2018
DIÁLOGO CON QUIENES CONSTRUYEN LA BANCA Y LA ECONOMÍA CON VALORES

Brett Scott, experto en monedas alternativas, Anna Laycock, directora del Finance Innovation Lab, Marcos Eguiguren, director de la Alianza Global para una Banca con Valores o Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank en España, forman parte del amplio programa de la Escuela de Verano Internacional en Banca y Finanzas Sociales, del Institute for Social (Barcelona, del 8 al 13 de julio), cuya inscripción se encuentra abierta.

+ Programa e inscripción en la Escuela de Verano del ISB

Como asistentes, se espera la participación de profesionales de bancos sostenibles y de banca tradicional de todo el mundo, además de investigadores y estudiosos interesados. “Los asistentes estudiaran los principios básicos y mejores prácticas en la experiencia de más de 40 años de banca social”, explica Hufeland, que destaca también la posibilidad de interactuar y crear red, a través de las actividades prácticas que forman parte del programa.

Para Hufeland, se busca que los participantes puedan “empoderarse para dar forma al futuro de las finanzas y asegurar que estén alineadas con los desafíos de crear una sociedad sostenible, con la dignidad humana como parte fundamental”, analizando aspectos concretos como el funcionamiento del crédito en una entidad bancaria con valores.

La temática principal de la Escuela de Verano es este año “Cambiar las finanzas” o conseguir que el sector dé respuesta a urgencias sociales como el Acuerdo del Clima o los Objetivos de Desarrollo Sostenible. ¿Qué importancia tiene cambiar las finanzas para mejorar nuestro mundo?

Mi experiencia como emprendedora social y persona socialmente comprometida me ha enseñado que necesitamos que el sistema financiero cambie, por su influencia y por ser el sistema más poderoso.

Hacer banca como si la sociedad importarse es algo que aún no ocurre en muchos ámbitos del sistema financiero y del mundo. Llevar el dinero allí donde más se necesita, a los emprendedores sociales, al tercer sector, a la agricultura sostenible y saludable, las artes o la energía sostenible es uno de los principales campos de acción de lo que denominaría finanzas y banca social. Solo si cambiamos las finanzas podremos financiar los cambios que son necesarios hoy.

¿Cómo estáis cambiando, desde una institución académica como la vuestra, después de 12 años de actividad, la educación sobre Economía? ¿Cuál es vuestro enfoque?

Somos un instituto de educación, creación de redes e investigación para la banca y las finanzas socialmente responsables. Desde nuestra fundación en 2006, nos hemos convertido en una organización activa, que incluye a 16 instituciones vinculadas a esta temática y una amplia red internacional. En sus inicios, el ISB se involucró principalmente en desarrollar su propia oferta de formación para personas y organizaciones. Llevamos cerca de 200 eventos en toda Europa, con la participación de 3.000 personas de 42 países. Llevamos la ética a las discusiones sobre banca y finanzas, creamos un programa de máster en este ámbito y conectamos a las instituciones.

Llevamos la ética a las discusiones sobre banca y finanzas

Más de 200 ponentes académicos y de investigación han contribuido a la entidad, hasta sumar más de 100 publicaciones y proyectos de investigación. Este trabajo ha contribuido de forma significativa a fortalecer nuestros objetivos clave: educar a las personas en la banca y finanzas socialmente responsables, así como fortalecer el discurso académico y público en este ámbito. Ahora un número creciente de empresas y de instituciones académicas de todo el mundo se acercan al ISB para producir cursos y proyectos de investigación especializados.

Eres coautora de publicaciones sobre digitalización y “Fintech consciente”. Pese a los costes e incertidumbres, ¿qué oportunidades destacarías de la innovación tecnológica para la banca y la economía sociales?

Pese a que, en efecto he participado en publicaciones sobre este tema, pienso que no todo tiene que ser digitalizado. Considero que también se debe tener una aproximación crítica respecto a los nuevos desarrollos y asegurarnos de que mantenemos nuestros valores.

Sin embargo, la banca con valores está en una encrucijada: en primer lugar, respecto a ganar más relevancia y dejar de ser una opción minoritaria y, en segundo lugar, respecto al cambio generacional. Creo que, de la mano de las nuevas tecnologías, llegan oportunidades: por ejemplo, la posibilidad de colaborar con startups tecnológicas, mayor facilidad para conseguir accesibilidad y visibilidad, procesos como Lean para que las organizaciones sociales sean más ágiles y eficientes a nivel de costes y de escalar el modelo de negocio y, en definitiva, crecer.

También hay una gran oportunidad en el hecho de que más y más personas se dan cuenta de que algo tiene que cambiar en la manera en que organizamos la economía. Por ejemplo, en la necesidad de incluir una perspectiva plural y otra manera de pensar. La banca con valores empezó en un tiempo en el que esa noción estaba menos extendida. Ahora hay ya más de 40 años de experiencia en banca social, en renovación de la sociedad, en ser agentes de cambio desde las finanzas. Esa experiencia es una oferta de valor relevante para el mundo. Sigamos pensando y actuando para avanzar con la banca y la economía sociales.

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