Un hogar español medio consume cada año unos 10 megavatios hora (MWh), es decir, el equivalente a 0,85 toneladas de petróleo según datos del IDAE. El conjunto de plantas solares Domo AssetCo, cuya sociedad propietaria ha contado con financiación ética para su adquisición, produce en el mismo periodo algo más de 10.000 MWh en sus diversas localizaciones.
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De estos datos se desprende que la instalación podría alimentar las necesidades energéticas anuales de más de 1.000 familias, o lo que es lo mismo, evitar el uso de 850 toneladas de petróleo y sus derivados. Todo con energía solar, un combustible de coste medioambiental y económico cero.
Electrones que se agitan
El ejemplo anterior, como todas las instalaciones solares financiadas por Triodos Bank en España, es un proyecto fotovoltaico. La base de esta tecnología es que la generación de electricidad a partir del sol se lleva a cabo mediante un efecto fotoeléctrico, que consiste en la emisión de electrones, o lo que es lo mismo, corriente eléctrica, cuando la luz incide sobre ciertas superficies.
En el caso de la energía solar fotovoltaica, estas superficies están formadas por células con una o varias láminas de materiales semiconductores, en la mayoría de los casos silicio, recubiertas de vidrio. La energía generada tiene 2 caminos ante sí, incorporarse a la red eléctrica o almacenarse en baterías a la espera de un mejor momento u otro uso. En general, lo que suele ocurrir es lo primero.
Las plantas fotovoltaicas son capaces de producir energía tanto a pleno sol como bajo cielos nublados y sus potencias pueden ir desde 10 kW hasta decenas de MW. Se las conoce como “huertos solares” cuando son de pequeño tamaño y con varios titulares que comparten infraestructuras y servicios. Como curiosidad, algunas experiencias pioneras, por ejemplo en el ámbito de la movilidad sostenible, utilizan este principio para su funcionamiento. Por ejemplo, el primer avión que dio la vuelta al mundo alimentado únicamente por el sol.
A finales de 2016, Triodos Bank tenía más de 200 préstamos activos en España para este tipo de instalaciones que sumaban, en total, 133 MW de potencia. Es decir, el gasto energético anual de 51.683 hogares.
Calor para generar electricidad
La segunda tecnología que aprovecha la energía solar para fabricar electricidad es la termosolar de concentración. En este caso podría decirse que la generación se lleva a cabo de una manera más “tradicional”, es decir, mediante turbinas. Sin entrar en la forma de alimentación, este sistema es el mismo que se usa, por ejemplo, en una planta de cogeneración o en una central térmica.
En la termosolar, la radiación directa del sol se usa para calentar agua, aceite o sales. El vapor que se genere se utilizará más tarde para mover las turbinas. Existen dos tecnologías distintas. Una de ellas, quizás la más espectacular, consiste en una gran superficie repleta de heliostatos (espejos) que concentran la radiación en un punto concreto de una torre situada en el centro del conjunto. La posición de los espejos se calcula al milímetro para que su eficacia sea máxima. La temperatura que alcanzan los haces que envían a la parte alta de la torre supera los 500 grados.
La otra tecnología se basa en los colectores cilíndricos parabólicos. La idea es similar, pero se ejecuta de diferente manera. Cada uno de estos colectores proyecta toda la radiación que es capaz de captar hacia un tubo que contiene un fluido, normalmente sales fundidas. Una vez recorrida toda la planta, este fluido puede alcanzar temperaturas de casi 400 grados centígrados. El calor es intercambiado para producir vapor que se reconduce para mover las turbinas que generan la electricidad.
Una de las desventajas de la tecnología termosolar es que funciona con radiación directa. Es decir, en días nublados su rendimiento se reduce incluso a cero. Una de sus ventajas es que estas plantas pueden contar con depósitos de sales en los que se puede almacenar el calor producido. Si la red dispone de tanta electricidad como se requiere, el calor se guarda para momentos de necesidad o se utiliza, por ejemplo, por las noches.
La especialización de Triodos Bank
Triodos Bank ha financiado energías renovablesdesde 1986 y el bagaje en años se ha transformado en una significativa especialización tanto de la organización como de los profesionales que la componen.
El apoyo económico a este sector no se queda en la energía solar, también alcanza a la biomasa, proyectos de eficiencia energética y de tecnología medioambiental. También otros como ECOoo qué a partir de acciones relacionadas con la energía solar, busca además “incentivar la participación ciudadana y la inversión ética y responsable”. Las iniciativas en el área de renovables financiadas por el banco en 2016 suplían de energía a 1,2 millones de hogares europeos durante un año.
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