Madera, corcho, papel, setas, piñones, látex, resinas naturales, biomasa forestal, cosméticos, medicamentos… Los bosques y selvas de nuestro planeta esconden innumerables tesoros que el ser humano ha explotado durante siglos.
Además, como afirma Gonzalo Anguita, director ejecutivo de FSC España: “Los bosques son fuente de empleo y proporcionan recursos y hábitat a muchos animales y plantas”.
“Además de ser reservorios de carbono, son muy importantes desde el punto de vista del acuífero, del suelo y como recursos energéticos”. Y es que, asegura Anguita, “más allá de ofrecer recursos, los bosques nos prestan unos servicios que no estamos pagando y son vitales para la conservación del ser humano en la Tierra, como la regulación climática, evitar la erosión del suelo, hacer el aire respirable al proporcionar oxígeno y mantener el acuífero”.
Consumo forestal responsable
Sabemos que la población mundial está aumentando exponencialmente y también el consumo de productos forestales. ¿Cómo hacer compatible este crecimiento con la conservación de los bosques? “Ese es el gran reto que tenemos”, responde Anguita, “cómo incrementándose la población y aumentando el consumo seremos capaces de conservar esos espacios”.
El sello de certificación FSC garantiza que los productos de origen forestal provienen de bosques gestionados de forma responsable, y no de talas ilegales o prácticas que no respetan los derechos humanos. Por eso, se ha convertido en una herramienta muy útil y capaz de aunar los principios de conservación de los ecosistemas forestales con las necesidades del mercado. “Nosotros no promovemos dejar de consumir, sino que ese consumo garantice la conservación de esos espacios a largo plazo”, explica Anguita. “Si los recursos forestales no tienen valor, los bosques se destruyen. De ahí que una de nuestras labores sea incentivar a los propietarios forestales, aparte de concienciar sobre el consumo responsable”.
Para tratar de medir la sensibilización de la sociedad hacia la conservación de los bosques, FSC realizó un estudio a finales de 2013 en 10 países diferentes, entre ellos España. “Percibimos una mayor preocupación en las sociedades hacia los problemas del medio ambiente”, afirma el director de FSC España, “y entre los problemas medioambientales, la gente siente que tiene más conexión con las cosas que pueden impactar en sus decisiones diarias, como la gestión de los residuos, el uso del agua, la energía, los problemas de contaminación y por supuesto con la conservación de los bosques”, añade.
Estos datos respaldan los de otro estudio, realizado por GFK para FSC, que demuestra que el sello FSC es cada vez más visible, reconocido y buscado por los consumidores: en el cartón de la leche, en las etiquetas de la ropa, en el papel de oficina… “El sello ha de entenderse como una herramienta complementaria a otros instrumentos que se están desarrollando en el mundo como el Reglamento de la Madera de la Unión Europea”. Este reglamento europeo, en vigor desde marzo de 2013, prohíbe la comercialización de productos que contengan madera ilegal en los países comunitarios.
Qué se certifica
La superficie con certificado FSC de gestión forestal ha aumentado de 2012 a 2014 en un 21% en todo el mundo. ¿Qué se certifica realmente? “Para que una empresa pueda vender un producto certificado o con sello FSC, es muy importante que esa empresa tenga un proceso de control riguroso de sus materias primas, así como del proceso de manufactura hasta que el producto final llega al consumidor”, sostiene Gonzalo Anguita. “Es el proceso que llamamos cadena de custodia, porque la empresa productora está custodiando esos materiales”. El crecimiento del número de cadenas de custodia FSC en ese periodo ha sido del 23% en el mundo y del 46% en España. Según el responsable de FSC España, entidad que ha certificado más de 600 cadenas de custodia en nuestro país, “eso es fundamental para poder garantizar lo que nos importa, es decir, que la gestión forestal de los bosques sea adecuada.
Eso significa estar por encima de los requisitos legales que se establecen en muchos países del mundo; el sello FSC está aportando un conocimiento que tienen expertos y lo que persigue es promover la conservación de valores ambientales y sociales”.
“Gonzalo Anguita insiste en la necesidad de incorporar no solo la perspectiva medioambiental a la hora de certificar, hablando en términos de biodiversidad o del uso de químicos, sino también la social: “En el proceso de certificación FSC es obligatorio que hayan sido consultadas todas las partes implicadas en la zona en la que se hace la certificación”, afirma Anguita.
“Estamos muy orientados a respetar a las comunidades indígenas, que están representadas en nuestra organización desde su fundación, así como otras poblaciones locales que viven y subsisten a través de los bosques”. También hay otros valores sociales muy presentes en el proceso de certificación que tien<en que ver con la seguridad del trabajo de los empleados forestales y con la igualdad de género. En definitiva, “la certificación FSC garantiza que de verdad se pueden explotar recursos forestales sin perjudicar al medio ambiente y a las sociedades”. Pero no solo eso, sino que, según los estudios de la organización para demostrar el impacto de su certificación, “el FSC ha sido una herramienta para disminuir la pobreza en muchas zonas”, sostiene Anguita.
Tres en uno
Basada en la participación y la equidad, la estructura de gobierno de FSC se organiza en torno a tres cámaras, todas con el mismo peso en la toma de decisiones: social, ambiental y económica. La primera garantiza el empleo y las condiciones dignas de trabajo y de tenencia de las sociedades a las que afecta el bosque. La segunda, vela por la biodiversidad y la tercera comprueba la viabilidad económica a corto, medio y largo plazo.
Esta triple aproximación de FSC es muy similar a la de Triodos Bank, que busca ese equilibrio entre las personas, el planeta y el beneficio económico (people, planet, profit). “Coincidimos totalmente”, afirma el director ejecutivo de FSC España, “por eso hemos trabajado desde el principio con Triodos Bank”, añade.
“Constituimos un grupo de trabajo que tiene que ver con la responsabilidad de la financiación. Para nosotros es fundamental saber de dónde viene el dinero que manejamos, que no tenga vinculación con el comercio ilegal de la madera o el tráfico de especies amenazadas, por ejemplo. Es esencial que existan mecanismos que den transparencia al dinero y que cada vez haya más pedagogía de eso en la sociedad. Ahí la labor de Triodos Bank es muy importante”.
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