“No tiene sentido extasiarse con las famosas smart cities como almacenes de gadgets innecesarios y no exigirles la gestión compleja de microrredes”, opina Ramon Folch, que dirige una consultoría ambiental y energética de larga trayectoria en este ámbito.
Profesionales como este socioecólogo defienden que los avances tecnológicos son imprescindibles para vencer los retos de nuestras ciudades y sus habitantes. Pero que, ante todo, hay que concentrarse en la calidad de vida y la sostenibilidad como rumbo de las urbes inteligentes.
Existen ciudades como Pekín o Yakarta donde “ya se están explorando proyectos de sensores en toda la ciudad para atender aspectos como la congestión del tráfico, cuando lo que realmente necesitan es una mejora sustancial de los sistemas de transporte público”, indicaba Tom Saunders, analista en la firma de innovación social Nesta, en un debate sobre cómo conseguir ciudades inteligentes, eficaces y humanas.
Qué son en realidad las ciudades inteligentes
“No hay una definición cerrada de ciudad inteligente como punto final, sino como proceso por el que las ciudades se hacen más vivibles y resilientes y, por lo tanto, capaces de responder de forma más ágil a nuevos retos”, recoge un informe del gobierno británico sobre smart cities.
Estos desafíos son, para la mayoría de expertos, hacer frente al cambio climático, adaptarse con éxito al aumento de la población u ofrecer servicios de calidad en un contexto de recursos limitados.
Según la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), que integra a 26 municipios, aplicar la tecnología en las urbes puede servir para fines tan diversos como mejorar en transparencia pública, en calidad ambiental, en atención sanitaria o para promover la cultura.
La cuestión va más allá del progreso técnico. “Si en vez de desarrollar por separado los avances tecnológicos en el mundo de internet, las energías renovables y el transporte sostenible lo hiciéramos de forma conjunta, generando sinergias, la Tercera Revolución Industrial podría conducirnos hacia un modelo socioeconómico sostenible”, afirma Jeremy Rifkin.
Para el economista, los actores de un cambio positivo son “desde administraciones y empresas al mundo académico, el ámbito social e individuos motivados”, por lo que nadie queda fuera.
Una demostración a gran escala en Valladolid
Laguna de Duero, en Valladolid, participa junto a otros municipios europeos en Cityfied
(Replicable and Innovative Future Efficient Districts and Cities), una experiencia comunitaria de ciudades inteligentes a través de la renovación integral de barrios.
Su objetivo: realizar “demostraciones a gran escala con metodologías innovadoras para la reforma de edificios, redes inteligentes y redes de calor interconectadas con las tecnologías de la información y la movilidad”. Además, se busca que las actuaciones sean “sistemáticas y replicables” en muchas otras ciudades.
“Para nosotros, la smart city consiste en un urbanismo sostenible que, cumpliendo con las necesidades de sus habitantes y empresas, promueve la calidad de vida y el desarrollo económico y ambiental”, nos explican Guillermo Julián y Raquel Rabanal, de 3IA Ingeniería, empresa vallisoletana que participa en este proyecto, con financiación de Triodos Bank.
La firma ha actuado ya en 12 edificios, con la instalación de calderas de biomasa y aislamiento de fachadas con materiales sostenibles. Un tipo de iniciativa en la que prima el ahorro, se reduce el impacto ambiental y se mejora el confort térmico en las viviendas.
En la línea de las ciudades inteligentes que no descuidan la participación, el programa Cityfied ha incluido también talleres con la ciudadanía durante su fase de diseño y desarrollo.
El futuro no está escrito: Greencities Málaga
La ciudad de Málaga acoge los días 5 y 6 de octubre un evento de referencia para seguir definiendo y construyendo las ciudades inteligentes. Greencities Málaga será punto de encuentro de empresas, comunidad científica y representantes públicos sobre smart cities.
Triodos Bank participa en el evento, como socio financiero especializado en sectores vinculados con las ciudades inteligentes como la construcción y la movilidad sostenibles, las energías renovables y la eficiencia energética, las iniciativas sociales y la cultura.
“En 2050, el 70% de la población mundial estará urbanizada”, recuerda en Planeta Futuro Carlos Moreno, especialista en ciudades inteligentes, por lo que “las decisiones tomadas cada día en las ciudades construyen nuestro futuro y el de las generaciones que siguen”.
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