El modelo de “ceguera racial” (colour blindness) se basa en una sociedad ideal donde los rasgos de una persona no afectan a sus oportunidades ni experiencias vitales. El concepto se asoció al movimiento por los derechos civiles de las décadas de 1950 y 1960 y puede resumirse a través de palabras emblemáticas de Martin Luther King. "Tengo un sueño: que mis cuatro hijos e hijas algún día vivirán en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter".
Pero, como ocurre con tantos ideales, la realidad no siempre es tan sencilla como los sueños. Ignorar las desigualdades extremas que desgraciadamente existen podría ser una barrera para crear soluciones hacia un mundo más justo e inclusivo.
En una clase reciente de la licenciatura de Psicología sobre "Relaciones intergrupales y prejuicio” a la que asistí, quien la impartía mencionó un estudio sobre los efectos de no hablar directamente con los niños/as sobre la problemática racial, sino confiar en afirmaciones vagas como "todas las personas deberíamos ser iguales" o la necesidad de una "ceguera racial".
En este sentido, tras el movimiento Black Lives Matter (las vidas de las personas negras importan), me desanimó escuchar a gente que decía que “todas las vidas importan”. Hacerlo contribuye al racismo, porque se ignora y niega la discriminación que las personas negras afrontan. Al investigar más, descubrí que las personas blancas son las que más tienden a respaldar una visión de “ceguera racial”. No me sorprendió este hallazgo, pero no estaba del todo claro por qué era así. En otro artículo académico descubrí que adoptar la “ceguera racial” permite a los grupos que perpetran el racismo mantener una imagen igualitaria de sí mismos y hacer creer que no tienen prejuicios. Este conocimiento me convenció de que la “ceguera racial” no es útil.
Pero ¿por qué es tan mala la “ceguera racial”?
Un estudio expuso a varios niños/as a diferentes lecciones. Por un lado, a exposiciones sobre igualdad racial a través de historias desde un enfoque de “ceguera racial” o con un mensaje de diversidad y, por otro, a descripciones de incidentes a partir de prejuicios flagrantes o menos claros. El resultado fue que los niños y niñas expuestos a mensajes de “ceguera racial” percibían el racismo en menor medida, recordaban menos eventos relacionados con racismo y hacían que no pudiesen alertar tanto a sus maestros/as sobre su existencia.
Me resultó impactante y, tras reflexionar, me doy cuenta de lo significativo que es. Especialmente porque otra investigación también ha detectado que la mayoría de madres, padres y profesorado, para discutir sobre esta cuestión, prefieren un enfoque de “ceguera racial” a uno consciente sobre el color de la piel.
Este enfoque divulgativo puede tener un impacto duradero en la detección del racismo y quizá tenga relación con el hecho de que algunas personas adopten la postura de que "todas las vidas importan" en respuesta a Black Lives Matter. Esto muestra la falta de consciencia sobre el privilegio racial y hace sentirse invisibles a las personas negras. En otro estudio, el hecho de instruir a las personas entrevistadoras que no eran negras para que no pensaran en el color de la piel provocó una mayor distancia social con un entrevistado negro. Por lo tanto, aunque adoptar un enfoque de “ceguera racial” parece tener una intención positiva (ver a todos/as como iguales), la evidencia sugiere que hace más daño que bien.
Implicaciones para toda la sociedad
A lo largo de mi aprendizaje he llegado a la conclusión de que adoptar un enfoque multicultural (reconociendo diferencias raciales y entre culturas) crea resultados mejores que un enfoque de “ceguera racial”. Por ejemplo, los estudios muestran que las personas blancas y de otras etnias que respaldan el multiculturalismo manifiestan menos prejuicios. También se ha demostrado que el multiculturalismo tiene implicaciones positivas para la educación, porque promueve la práctica docente inclusiva. Darse cuenta de la diferencia en el color de la piel nos permite reconocer las diferencias históricas.
Aunque muchas personas consideran que la “ceguera racial” promueve la armonía, también permite que las de entornos no desfavorecidos se vean a sí mismas sin prejuicios y utilicen la “ceguera racial” para defender las jerarquías existentes. Disminuye la sensibilidad al racismo y crea distancia social entre personas con diferencias raciales. Para tener un futuro mejor, deberíamos hacer un esfuerzo mayor por una sociedad multicultural mediante el reconocimiento de las desigualdades estructurales y las desventajas históricas.
Foro interno de Inclusión en Triodos Bank
Matsoso Dejalolo participa activamente en el Foro de Igualdad, Diversidad e Inclusión que Triodos Bank lanzó en 2021 para promover una realidad más inclusiva en el banco. Matsoso es estudiante de Psicología y parte del departamento de Recursos Humanos de Triodos Bank Reino Unido.

Creo que es un tema delicado, pero en esencia discrepo. Indudablemente es más inclusivo decir "todas las vidas importan" que simplemente "Black lives matter" - cuestión de semántica. ¿Acaso quien aboga por "Black lives matter" espera un reconocimiento especial por el mero hecho de ser negro? No podría decirlo, pero tal reconocimiento, en cualquier caso, no ayudaría ni al empoderamiento ni a la armonía social. Sentirse víctima del pasado a través de aquello que designamos por "estructural" es, en mi opinión, contraproducente. La persona, víctima irremediable de lo estructural, pierde el poder sobre aspectos importantes de su vida, relegándolo a las circunstancias sociales que se esfuerza entonces en cambiar - sin éxito, pues no están en su mano. Mucho más efectivo es asentir a lo que nos toca a cada uno y actuar desde ahí en lo concreto. Y es mucho más efectivo, sobre todo, para cambiar esa estructura que tanto se repudia. El problema no es, en mi opinión, la ceguera racial, sino lo que cada cual hace con ello. Hace falta mucha seriedad para no sentirse especial. Y si bien un "Black lives matter" tienta irremediablemente a los negros a sentirse especiales, un "todas las vidas importan", puede ser también la excusa perfecta para que los que difrutan de una ventaja de nacimiento se crean que todo es mérito propio, sin reconocer ni agradecer los regalos del destino. Si queremos contribuir a una sociedad armoniosa, tenemos únicamente dos caminos: El primero es una ceguera (racial, u otra) tan completa que nos obligue a mirar únicamente con el corazón. Y entonces, si es un ser humano frente a mí, ¿qué importa todo lo demás? ¡Somos iguales! El segundo es una mirada tan profunda, que nos permita ver al otro con todas sus circunstancias y con su culpa y con su sufrimiento pasado, y el de todos sus ancestros. Y también a nosotros, con todas nuestras circunstancias y nuestra culpa y nuestro sufrimiento, y también el de todos nuestros ancestros. Y entonces, necesariamente humildes, también nos damos cuenta que nuestras raíces se entretejen en los albores de los tiempos, salpicadas de las visicitudes de la existencia humana. También ahí somos irremediablemente iguales. Pero como he dicho, todo esto requiere mucha seriedad. Y, para llevarlo a la educación, también una habilidad excepcional. Mucho más fácil es educar desde los eslóganes.
Muy interesante. Tomo nota de lo negativo de la "ceguera racial".