“Los bancos son imprescindibles en la lucha contra el cambio climático y otros grandes problemas sociales. Pero esa es una idea que todavía no ha calado lo suficiente. Para un banco sostenible también ha llegado el momento de dar nuevos pasos”. Son palabras de James Vaccaro, director de Estrategia Corporativa de Triodos Bank.
¿Por qué son tan importantes los bancos y otras instituciones financieras en la lucha contra el cambio climático?
Los bancos no son un fin en sí mismo. También cumplen una serie de funciones importantes en la sociedad y una de ellas es financiar a empresas e instituciones que contribuyen de forma activa a resolver grandes problemas sociales y ecológicos. La amplia responsabilidad de los bancos es también el punto de partida de un informe reciente titulado Nuevas vías sobre la forma de conseguir un sector financiero estable, resistente y flexible (ver cuadro inferior). La lucha contra el cambio climático es la cuestión más urgente de este momento, pero se requiere mucho dinero y experiencia financiera. Los bancos son los actores indicados para aportar esos medios.
¿Y no lo hacen en suficiente medida?
A veces da la impresión de que muchos bancos y otras instituciones financieras han olvidado su función social durante las últimas décadas, como si se hubieran aislado de la sociedad y la economía real y vivieran en otro planeta donde lo único que cuenta es el propio interés financiero y el beneficio de los accionistas.
¿No había cambiado ya eso, ahora que han pasado diez años desde que estalló la crisis financiera?
En mi opinión, no tanto como debería. En lo esencial, el sector financiero no ha cambiado desde la crisis, lo cual es una constatación muy decepcionante. Durante los últimos años, lo que se ha hecho para dar respuesta a la crisis ha sido, sobre todo, establecer mil y una reglas nuevas para los bancos, y también se han reforzado los mecanismos de vigilancia, todo ello con la idea de dar mayor estabilidad al sector. Pero establecer nuevas reglas y reforzar las formas de supervisión no son cambios esenciales. Lo único que ofrecen es una falsa sensación de seguridad. La situación no cambiará hasta que los bancos se orienten a su función original: la financiación de proyectos con un impacto positivo en la sociedad.
¿Por qué ofrecen las reglas una falsa sensación de seguridad?
Los bancos prestan dinero a empresas y financian proyectos, lo cual implica siempre un cierto nivel de riesgo. Una empresa podría encontrar dificultades y verse en una situación en la que le resulta imposible devolver el crédito. Para cubrir ese riesgo, los bancos tienen determinadas reservas de capital. Tras la crisis financiera, los gobiernos y organismos de supervisión han incrementado las exigencias de capital para los bancos. Es decir, que ahora los bancos tienen que contar con mayores reservas para poder operar. Y eso está muy bien. El problema es que los organismos de supervisión no establecen diferencia entre préstamos a proyectos sostenibles y no sostenibles, y por eso seguimos sin tener un sector financiero estable.
Pero, ¿qué relación hay entre la sostenibilidad ecológica y la económica?
Considere un préstamo a una empresa de la industria del petróleo. Durante los próximos años, los combustibles fósiles se irán sustituyendo a un ritmo cada vez más rápido por fuentes de energía sostenible, lo cual supondrá un enorme problema para aquellos bancos que tienen decenas de miles de millones de euros invertidos en préstamos a la industria del petróleo, un sector que avanza hacia su final y que cada vez será menos lucrativo. El riesgo de que esos bancos no vuelvan a ver su dinero es más alto que si hubieran invertido en un sector con perspectiva de futuro, como el de la energía renovable.
Por eso, para evaluar un banco, los reguladores del sector financiero deberían profundizar más en algunas cuestiones, porque es muy importante tener en cuenta los efectos sociales y ecológicos de las actividades empresariales en las que invierten los bancos. Los supervisores deberían pedir mayores exigencias de capital, por ejemplo, a bancos que conceden créditos a sectores sin perspectiva de futuro. Mientras no ocurra eso, no estará garantizada la estabilidad de los bancos.
JAMES VACCARO
UNA BANCA VIABLE PARA UN MUNDO VIABLE
James Vaccaro es uno de los autores del informe Nuevas vías. “Con este trabajo intentamos definir nuevas perspectivas”, explica.
Por ello, se incluyen recomendaciones por un sistema financiero más diverso y sostenible, que facilite el acceso de inversores particulares a la inversión de impacto. Un sistema que no solo aplique incentivos a las inversiones verdes, sino penalizaciones y mayores exigencias de capital a los activos contaminantes.
“Queremos mostrarle a los bancos dónde hay espacio para su propio desarrollo. En ese sentido, el informe contiene un mensaje positivo. Subrayamos el hecho de que los bancos cumplen una función social importante, la cual consiste en financiar proyectos con un impacto verdaderamente positivo en la sociedad y, más en concreto, contribuir a un desarrollo sostenible.Porque eso es esencial si queremos que nuestras sociedades sigan siendo viables en el futuro.
También le pedimos a los bancos que ofrezcan más posibilidades a los ciudadanos y las empresas para invertir en cambios positivos. En muchos países europeos, las posibilidades de los ciudadanos son muy limitadas en ese terreno, y eso es algo que tiene que cambiar.
El informe se publicó hace unos meses y observamos que las reacciones del sector financiero son positivas. Acabamos de finalizar una ronda de conversaciones con bancos y reguladores del sector en distintos países europeos, y todos se muestran receptivos al mensaje, lo cual resulta esperanzador de cara al futuro”.
Es decir, que el control externo de los bancos tiene que cambiar. Pero ¿qué pueden hacer los bancos por iniciativa propia?
Lo esencial es pensar a largo plazo y financiar aquellos proyectos que son verdaderamente necesarios para la sociedad. Esto quiere decir que los bancos deberían utilizar sus conocimientos y su creatividad para promover el desarrollo sostenible. Tienen que salir de sus torres de marfil y establecer un vínculo mucho más fuerte con la sociedad, lo cual implica una colaboración más estrecha con otros actores —emprendedores, organizaciones sociales, administraciones públicas y ciudadanos— para determinar qué necesita la sociedad y qué papel pueden desempeñar ellos como bancos. Hay oportunidades de sobra para dar un uso positivo al poder innovador de los bancos.
+ Plan Vinculación de Triodos Bank: ventajas de usar banca ética en el día a día
Piense por ejemplo en la transformación de las viviendas para que su consumo energético neto sea nulo. Para alcanzar ese objetivo, los bancos son imprescindibles en su papel de prestamistas y pueden desarrollar nuevas formas de financiación para estimular la sostenibilidad de los hogares. Por ejemplo, se puede vincular el interés de la hipoteca a la eficiencia energética de la vivienda, como hace Triodos Bank en países como España: con la Hipoteca Triodos, cuanto más eficiente es la vivienda, menos interés paga el propietario. Con ese tipo de beneficios se puede estimular a los hogares a invertir en la adquisición de paneles solares o en aislamiento térmico, de modo que este nuevo tipo de hipoteca contribuye a la consecución de un objetivo medioambiental: la reducción de emisiones de CO2 por parte de las viviendas.
Triodos Bank ya destina sus fondos a estimular cambios positivos. ¿Se trata entonces de seguir por ese camino?
Por supuesto, pero con eso no basta. Tenemos que plantearnos nuevos problemas. Los retos del futuro son demasiado grandes como para seguir haciendo lo mismo que hasta ahora. Para los bancos sostenibles como Triodos Bank también ha llegado el momento de dar nuevos pasos para acelerar el cambio.
¿A qué tipo de pasos se refiere?
Hay que pensar, por ejemplo, en el establecimiento de nuevos mecanismos de colaboración con empresas y organizaciones sociales para resolver los problemas verdaderamente complejos de hoy en día, como el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Uno de esos objetivos es la recuperación de ecosistemas y fertilidad del suelo, y la lucha contra la desertización. Esto es muy importante, entre otras cosas porque nuestro abastecimiento de alimentos depende de la disponibilidad de una cantidad suficiente de suelo fértil. Sin embargo, la recuperación del suelo y los ecosistemas es un proceso lento que no da fruto hasta muchos años después. Es importante que los bancos utilicen su poder innovador para desarrollar nuevas formas de financiación adecuadas para proyectos de recuperación lentos y de muchos años, es decir, formas de financiación que solo ofrecen rendimiento financiero a muy largo plazo.
Commonland es una organización que trabaja en el mundo entero en la recuperación de ecosistemas, una tarea en la que están implicadas muchas partes, incluyendo bancos. Los proyectos de esta organización, y otras similares, son financiables porque vuelven a establecer una base para el desarrollo económico de una región determinada, puesto que la recuperación de ecosistemas y la fertilidad del suelo crea las condiciones para que florezca la agricultura y la actividad empresarial. Los proyectos de SEKEM en Egipto también están basados en este principio. Los bancos pueden desarrollar formas de financiación adecuadas para este tipo de proyectos y organizaciones. Mientras no lo hagan, no contribuirán de verdad a la solución de los problemas que afrontamos en el presente y en el futuro inmediato.
¿Significa esto que Triodos Bank tiene que cambiar radicalmente de dirección?
No, desde luego que no. Triodos Bank lleva casi 40 años dedicado a la financiación de cambios positivos, y lo vamos a seguir haciendo. Pero ahora, además, cada vez es más importante desarrollar nuevas formas de financiación, porque solo entonces podremos hacer frente a los grandes retos del futuro.
Cambiar la financiación para financiar el cambio, esa es la esencia.
NUEVAS VÍAS
RECOMENDACIONES PARA UN SECTOR FINANCIERO RESPONSABLE Y SOSTENIBLE
El informe Nuevas vías: Definiendo elementos para un futuro financiero sostenible en Europa incluye recomendaciones concretas para la creación de un sector financiero estable orientado a la financiación del desarrollo sostenible y la solución de los grandes problemas sociales de las próximas décadas.
Así, por ejemplo, se recomienda a los bancos que de ahora en adelante destinen recursos financieros únicamente a la economía real, y se propone una adaptación de la normativa europea para hacer posible que los ciudadanos también puedan invertir a gran escala en fondos sostenibles. El informe es el resultado de la colaboración entre la Alianza Global para una Banca con Valores (una red internacional de 46 bancos sostenibles), Finance Watch (consultora especializada en cambio sostenible en el sector financiero) y Mission 2020, que trabaja para acelerar cambios en política climática.
+ Saber más sobre el modelo de banca ética de Triodos Bank
Texto: Tobias Reijngoud
Fotografía: Onno Roozen
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