Massimiliano Martinelli cree en la buena pasta. En la que veía “elaborar con mimo en las reuniones familiares” cuando era un niño. Y en la pasta ecológica que produce en la actualidad, cuidándose de que “sea rugosa y porosa para que las salsas se adhieran mejor, y prologando los tiempos de secado para mantener su sabor intacto”.
Pero a Massimiliano -que ya ha conseguido que sus fusilli, macarrones y conchiglie ecológicos se distribuyan en tiendas de Navarra, País Vasco y pronto de Madrid- no le importa solamente el sabor. También le preocupa evitar “los pesticidas, herbicidas, abonos y todas las sustancias que se vierten en el campo” en agricultura convencional.
¿Qué tiene que ver un plato de macarrones con especies de aves únicas en peligro?
Los tesoros ocultos de Los Monegros
No es habitual pensar en Los Monegros como en un oasis de vida. Sin embargo, así hablan del territorio aragonés los especialistas. “Es una de las zonas esteparias más ricas medioambientalmente del continente europeo”, poblada de fauna rara en otras latitudes y fuente de productos como miel, arroz y cereales de primera calidad, explican desde SEO/BirdLife, la ONG de conservación de la naturaleza más longeva de España.
Esta entidad también pone al alcance del consumidor la opción de comprar pasta ecológica que protege la biodiversidad de este santuario para aves como la Ganga Ibérica, la Ganga Ortega, el Alcaraván o la alondra ricotí, únicas y amenazadas.
A través de su proyecto Riet Vell -con financiación de Triodos Bank– desde SEO/BirdLife se ha promovido el cultivo ecológico de cereal en las áreas del valle del Ebro de Los Monegros y Belchite.
Este evita el monocultivo propio de la agricultura convencional y, mediante zonas de barbecho y tierras con otras especies vegetales, se favorece la presencia de la “comunidad de insectos necesaria” para que estas aves puedan alimentarse y sobrevivir. Además, la agricultura ecológica evita el uso de plaguicidas, con riesgos potenciales para el consumidor final y sobre todo para las aves, en un declive general que preocupa a la comunidad científica y rural.
“Con cada paquete de macarrones y espaguetti de trigo duro, el cliente se lleva un buen producto para comer en casa y, además, un alimento que cuida la tierra, las aves, los territorios y que da un impulso al mundo rural y a sus habitantes”, explican desde la iniciativa. Tras una década de esfuerzo, sus productos, de venta en tiendas ecológicas y supermercados y cada vez más conocidos, están consiguiendo un significativo aumento en ventas.
Desarrollo en 360º
Este proyecto -que también impulsa el cultivo de arroz ecológico en el delta del Ebro y aspira a llevar la agricultura amigable con el medio a otros espacios naturales europeos sensibles a nivel ambiental- busca ser “un proyecto demostrativo del desarrollo sostenible”.
En una misma actividad, se suman desarrollo económico del medio rural, alimentación saludable, protección del medio ambiente y promoción de una fuente de ingresos y de difusión cultural como son el turismo sostenible y las actividades de educación ambiental.
Desarrollo en 360º que no sería posible sin un gesto final:la decisión de un ciudadano ante la estantería de una tienda.
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