“La forma de asignar capital durante los próximos cinco años determinará la vida en la Tierra durante los siguientes 300”, advierte Christiana Figueres, fuerza motriz tras el Acuerdo de París contra el Cambio Climático. En una visita a Triodos Bank, comparte por qué este momento es clave.
Un balón de oxígeno
Probablemente nos quedamos cortos si decimos que en 2010, tras la fallida cumbre contra el cambio climático de Copenhague, los ánimos de los que se comprometieron ante este problema global estaba bajo mínimos.
Fue entonces cuando Christiana Figueres, una diplomática costarricense, recibió el encargo de levantarlos. Adoptó, como secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, un enfoque diferente: “A lo largo de seis años hemos buscado formas de mostrarle a cada país los beneficios que podría obtener de luchar contra el cambio climático”, explica.
El resultado fue el primer acuerdo contra el calentamiento global votado por unanimidad. La de los 195 países firmantes en diciembre de 2015, que ahora se encuentran en proceso de producir legislaciones estatales para aplicarlo. Para Figueres, el acuerdo fue “algo sorprendente teniendo en cuenta lo que incluye. Habla del uso de la tierra y de las medidas que vamos a tomar contra la deforestación. Pero, por encima de todo, trata sobre el consumo de energía: menos transporte y más generación de energías renovables. Si consideramos que han firmado países como Arabia Saudí, que tienen grandes reservas de petróleo, comprendemos lo especial que es este acuerdo”.
Gran parte del daño ya está hecho y, en lo referente al calentamiento global, “ya hemos contaminado el aire dos tercios del máximo posible, con lo que mientras exista la especie humana tenemos que arreglarnos con el tercio que todavía nos queda”. En este sentido, Figueres admite que el cambio climático ya no es reversible, pero “el acuerdo es una hoja de ruta para evitar sus efectos más graves”.
TRIODOS BANK Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
PIONEROS EN RENOVABLES
Triodos Bank financia la producción de energía renovable desde 1986, cuando ofreció una respuesta pionera ante el desastre en la central nucl hernóbil.
Contribuye a la lucha contra el cambio climático financiando iniciativas con el dinero de sus ahorradores y también mediante fondos de inversión especializados como Triodos Groenfonds y Triodos Renewable Europe Fund.
Además, todas sus instalaciones utilizan energía 100% de origen renovable, en coherencia con el compromiso con el sector medioambiental, pilar de su actividad junto al social y al cultural.
Amenazas movilizadoras
¿Qué va a pasar ahora? A los nubarrones climáticos, se suman posicionamientos hostiles como el del nuevo presidente de Estados Unidos. Un país decisivo que, al igual que China, suscribió esta vez de forma novedosa el acuerdo para contener por debajo de los 2 °C el aumento de las temperaturas en este siglo, así como para poner a raya sus peligrosas consecuencias.
“Si Estados Unidos quiere retirarse del acuerdo sobre el clima, no le resultará fácil. Según la legislación internacional, un país necesitaría cuatro años para salirse del Acuerdo de París”, explica Figueres durante un encuentro con empleados de Triodos Bank en Holanda. La experta en el tema aprecia concentrarse en la acción positiva del presente y “no mirar demasiado lejos”. La diplomática confía en el entendimiento del “sector privado de Estados Unidos” y señala que “perderán su ventaja competitiva en la economía global si optan por la vía del estancamiento”.
Según afirma Figueres: “La victoria de Trump supuso más un incentivo que un obstáculo, porque la necesidad de actuar adquirió mayor importancia”. Sus palabras hacen referencia al acuerdo adicional alcanzado por 47 países en vías de desarrollo que se ven especialmente afectados por el cambio climático. En el momento de la elección del dirigente, que coincidió con el curso de la cumbre climática de Marrakech de noviembre de 2016 (COP 22), estos países decidieron llegar al uso de un 100% de energías renovables en 2050.
En conjunto, “no estábamos donde deberíamos estar, pero se están produciendo avances nunca vistos”. Por ejemplo, el sector de la aviación ha sido el primero en comprometerse a no superar un techo de emisiones de CO2.
Se buscan más inversores verdes
Son la pieza que falta, pese al incremento de las inversiones socialmente responsables de los últimos años. Figueres subraya la necesidad de unir recursos públicos y privados por la economía sostenible que urge desarrollar. “Tanto el sector de la energía como el sector financiero son tradicionalmente conservadores”, señala. Al tiempo, pone el foco en que las soluciones deberán proceder de muchas pequeñas decisiones individuales: “El destino de nuestro clima está en manos de los inversores de impacto, personas que saben qué significa considerar la cuestión de la sostenibilidad en cada inversión”.
Figueres, involucrada en la lucha contra el calentamiento global desde la firma de la Convención Marco de Naciones Unidas contra el Cambio Climático (1992) y el Protocolo de Kioto (1997) y reconocida como una de las personas más influyentes de 2016 por la revista Time, transmite una actitud de activismo pragmático que, hasta ahora, obtiene resultados. Durante su visita a la sede central de Triodos Bank, en Holanda, quiso dejar claro que, pese a las incertidumbres, la conciencia respecto al desafío humano del cambio climático es mayor que nunca: “Yo lo comparo con el tráfico. Siempre hay en algún sitio un coche que está reduciendo la velocidad o deteniéndose, pero eso no cambia la dirección de los demás”.
SOBRE CHRISTIANA FIGUERES
Christiana Figueres (Costa Rica, 1956) ha participado como diplomática en el diseño de los principales desarrollos internacionales para hacer frente al cambio climático. Por ello, en 2001 le fue otorgado el Premio Héroe del Planeta de National Geographic. En 1995, fundó el Centro para el Desarrollo Sostenible en las Américas (CEDSA).
Texto: Joset van der Hoeven · Foto: Michiel Wijnbergh
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