Llamaron Jugar i Jugar a su iniciativa y la dotaron de una tienda online y una agenda de eventos y talleres para interactuar con todo aquel al que le interesara el tema. El proyecto, que ha contado con financiación de Triodos Bank para su puesta en marcha, se materializó en 2012.
La caja vence al juguete
Quién no se ha topado con la siguiente escena: en un cumpleaños, el más pequeño de la casa recibe un regalo. Lo abre, mira la caja, estudia el juguete que contiene, vuelve a centrar su atención en el envoltorio y ya no se despega de él en toda la tarde. “Una caja es un objeto muy poco definido”, explica Carmen entusiasmada, “y con ella el niño expresa lo que él quiere. Se trata de un juego activo en el que el protagonista inventa, no uno pasivo en el que se le dice lo que tiene que hacer. Un día será un camión, otro un avión… cada día una cosa”.
Partiendo de esta premisa, para las promotoras de Jugar i Jugar el juguete ideal ha de ser “lo menos definido posible, para que el niño lleve toda la iniciativa, y con una estética muy cuidada que incluya colores armónicos, líneas redondeadas y un proceso de teñido sin usar pinturas”.
Estos criterios, según desvela Carmen, “no suelen seguirse en la industria, pero es cierto que cada día existen más empresas que producen respetándolos y lo hacen de forma artesana y bajo normas que valoran la sostenibilidad. Estas firmas diseñan en función de lo que necesita el niño en cada etapa de crecimiento, no buscan qué se puede inventar que no exista todavía en el mercado”.
La autonomía como necesidad
Los niños son los protagonistas cuando se habla de juguetes, pero también las familias y escuelas con inquietudes al respecto. “Hemos desarrollado muchos talleres con ellas y, en general, nos transmiten gran interés por conocerlas etapas de juego del niño. También hablamos de la moda de que los padres tenemos que jugar con los más pequeños, pero en realidad no es así”, aclara Claudia.
“Los niños necesitan tiempo de calidad con sus amigos, con autonomía, sin adultos que les dirijan. Los mayores tenemos que abandonar nuestros miedos, ellos pueden hacer cosas por sí mismos. Si los encerramos en la escuela o en casa haciendo deberes y no les damos libertad, no habrán tenido infancia”, finaliza con convicción. Durante estas actividades, las responsables de Jugar i Jugar además insisten en una idea.
“El juego viene de dentro. Si un niño siente la necesidad de aprender los números, lo hará donde los vea: en un ticket de la compra, en un periódico… Si no tiene el interés, no le hará caso a un juguete que se los enseñe. Hay que respetar la necesidad interna”. Carmen y Claudia añaden un consejo final: “No intentemos que los niños sean lo que no son. Si un niño es movido, no le podemos regalar un puzle. Si es tranquilo, no le servirá de nada que le compremos un juguete muy físico. Y dejemos que ejercite su imaginación, el cerebro es uno de los órganos más gandules que tenemos”.
Texto: Víctor Regidor Sancho
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