La ciudad británica de Brístol ha sido reconocida como Capital Verde Europea 2015, convirtiéndose en fuente de inspiración para muchas otras ciudades.
Tengo relación con Brístol desde la década de 1970, cuando puse en marcha una larga serie de Conferencias Schumacher patrocinadas por Triodos Bank, con el objetivo de compartir los conocimientos de grandes pensadores y activistas ambientales de todo el mundo, que presentaron sus ideas. El público llenó el Salón Coulston, las salas Victoria y el antiguo Ayuntamiento.
En los últimos 30 años, Brístol ha ido avanzando hacia un modo de vida que apuesta por la alimentación ecológica, los mercados de agricultores, la agricultura urbana, las inversiones ecológicas, las energías renovables y una elegante sencillez que ha dado lugar a la elección de un alcalde comprometido con una visión ecológica del mundo y un futuro verde para la humanidad.
La libra de Brístol es una excelente forma de evaluar la economía local, respaldada por una visión que aborda los problemas más acuciantes de nuestro tiempo, tales como el calentamiento global y el cambio climático. Para los ciudadanos de Brístol, la naturaleza no es sólo un recurso para la economía, es una fuente de vida. Es decir que reconocen que la naturaleza no sólo debe beneficiar a la humanidad, sino que también tiene su propio valor intrínseco, y debemos respetarla para vivir en armonía con ella en lugar de explotarla en afán de lucro.
Cada vez más historiadores están pasando de un enfoque de crecimiento económico a un enfoque de crecimiento del bienestar. “El crecimiento económico por sí mismo no tiene ningún significado, debe contribuir a alcanzar la cohesión de la comunidad, la felicidad humana, un medio ambiente limpio y la vida cultural”.
Como Capital Verde, Brístol reconoce que el capital financiero debe estar al servicio del mantenimiento, la protección y la valorización del capital natural. El dinero no es riqueza, no es más que una medida de la riqueza, la verdadera riqueza son los bosques florecientes, el agua cristalina, la vida del suelo, un entorno sano y la capacidad humana para hacer, construir y producir. Si se agota el capital natural y disminuye la capacidad humana, ¿de qué sirve acumular capital financiero?
El desafío de la Capital Verde de Brístol consiste en poner en valor el capital verde de la naturaleza y el capital de la imaginación, el talento y la capacidad del ser humano. Esta es la economía que se basa en los tres pilares de la tierra, el trabajo y el capital. La Tierra es el capital natural, el trabajo es el capital humano y el capital es el capital financiero. Los tres capitales trabajando juntos convertirán Brístol en una Capital Verde Europea ejemplar.
SATISH KUMAR
Satish Kumar es redactor jefe de la revista “Resurgence & Ecologist”, que durante 50 años ha sido la publicación insignia del movimiento ecologista británico, presentando ideas e inspiración de vanguardia para un futuro más sostenible.
Kumar ha sido el alma máter de varias asociaciones ecologistas y educativas como el Schumacher College, donde todavía es científico visitante. También forma parte del Comité Consultivo de Our Future Planet, una comunidad en línea que comparte ideas para el cambio y, recientemente, fue elegido vicepresidente de la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals.
Publicado originalmente en The Colour of Money (revista de Triodos Bank Reino Unido)
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